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Obesidad en el
mundo,
según el estudio publicado
por The
Lancet
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La obesidad mundial “es un cuadro clínico aterrorizador que debería hacer
reaccionar a los gobiernos y a los responsables de políticas de salud pública”,
dice el diario Le Monde.
Casi uno de cada tres seres humanos tiene obesidad o sobrepeso. Y en los últimos treinta años “ese flagelo sanitario se
agravó considerablemente en los países pobres y en los países ricos”, proclama
el diario.
La obesidad creció hasta llegar a la media mundial de 28% de los adultos y –
es de pasmar – 47% de los NIÑOS y de los adolescentes,
al punto de ningún Estado del mundo conseguir contenerla, comentó Le Monde.
Un estudio
de este “flagelo mundial” fue publicado en la famosa revista médica británica The Lancet, redactado por un equipo
internacional de más de 150 investigadores.
Abarcando
todos los datos disponibles sobre 188 países, el estudio fue realizado bajo la
égida del Instituto de Metrología
Sanitaria e de Avaliación (IHME), de la Universidad de Washington, y fue
financiado por la Fundación Bill e
Melinda Gates.
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Emmanuela Gakidou
presenta los resultados.
“El avance del sobrepeso y de la obesidad
es
importante, general y rápido”.
“Ningún país consiguió
hacer retroceder la
obesidad”
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La coordinadora,
profesora Emmanuela Gakidou, del IHME, subrayó que “el avance del sobrepeso y
de la obesidad es importante, general y rápido”.
La
población mundial alcanzada pasó de 857 millones en 1980 a 2.100 millones en
2013. O sea, casi 30% de la humanidad. Son los nuevos “flagelados”,
no por el hambre, ni por la enfermedad ni por la marginalización, ¡sino por el exceso de comida y la reducción
del trabajo físico!
El “flagelo”
devasta más las naciones desenvueltas, donde viven dos de cada tres obesos,
pero no lo es menos en los países en desarrollo o emergentes.
El problema es serio, pues se liga al exceso
de alimentos prefabricados y a una vida dominada por el vicio virtual, con poco o nada de actividad física.
Los
especialistas hablan de “pandemia galopante”, una vez que la desnutrición retrocede y la obesidad no hace más que aumentar, subrayó Emmanuela Gakidou.
El juicio
global de las últimas tres décadas es “siniestro”: “ningún país consiguió hacer
disminuir la obesidad”.
Los autores
del trabajo científico publicado por The Lancet
advierten: “El objetivo de las Naciones Unidas de bloquear el progreso de
la obesidad hasta 2025 es muy
ambicioso y tiene poca chance de ser
alcanzado sin una acción combinada”.
Para los
científicos, el único “remedio”
consistiría en una acción urgente y combinada a nivel mundial “para ayudar a
los países pobres a intervenir más eficazmente contra las causas mayores que
son: el aporte excesivo de caloría, la inactividad física y la promoción de productos alimenticios industrializados”.
La idea es
buena. En la Edad Media, por ejemplo, se cumplían esos requisitos, y se
formaban hombres y mujeres de una plenitud
física y moral admirable,
combinando alimentación natural sabrosa
y abundante con trabajo manual proporcionalmente intenso, en un mundo que
tenía Fe.
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